Altas concentraciones de materia orgánica:
La producción de alimentos y bebidas implica una gran cantidad de materiales orgánicos, como proteínas, grasas y azúcares. Las aguas residuales suelen contener altas concentraciones de estos compuestos orgánicos.
Composición química compleja:
Las aguas residuales pueden contener diversos componentes químicos complejos, incluidos aditivos alimentarios residuales, conservantes, saborizantes y sustancias ácidas o alcalinas.
Altas concentraciones de sólidos suspendidos y grasas:
Los procesos de producción a menudo generan sólidos suspendidos y grasas, lo que da lugar a la presencia de estas sustancias en altas concentraciones en las aguas residuales.
Fluctuaciones de temperatura y pH:
Las fluctuaciones de temperatura y pH durante el proceso de producción pueden generar variaciones en las características de las aguas residuales a lo largo de diferentes momentos y ciclos de producción.
Requisitos reglamentarios ambientales:
La industria de alimentos y bebidas está sujeta a estrictas regulaciones ambientales, y la descarga de aguas residuales debe cumplir con los estándares de emisión pertinentes.